El Padre Nuestro

febrero 20, 2008


Desde niña, siempre quise saber con presición que significa o cual es el contenido especial del Padre Nuestro .... Una de las oraciones más repetidas en todo el mundo y en diferentes idiomas, sin embargo pocos conocemos el verdadero valor significativo de esta oración o rezo a nuestro Dios que enseñó y dejó como ejemplo Jesús ....


Así es como buscando información o algún estudio al respecto encontré este relato y enseñanza que les dejo a continuación esperando que sea fructífero en cada uno .....


Principios del Padre Nuestro


Mateo 6: 5: "Y cuando ores, (Atención: no dice “si por ahí, oras), dice “cuando ores”. …no seáis como los hipócritas; (Esto le está diciendo a usted que, evidentemente, Dios sabe que hay hipócritas de la oración) …para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa". (Los hombres lo vieron y dijeron: ¡Oh! ¡Oh! Listo. Basta. Ya no puede usted esperar nada más que eso).


La oración incluye el perdón. Quien ora y no ha perdonado, debe saber que el Padre no ha podido perdonarlo a él (ella). ¿Recuerda la parábola del fariseo y el publicano? No toda oración es genuina; Jesús también corrigió la equivocada noción de que la justicia es un logro humano, en lugar de una dádiva de la gracia de Dios.


Una religión basada en un sistema de méritos, conduce al orgullo religioso. Algunos fariseos sobrepasaban los requerimientos de la ley, diezmando aún sobre aquello que compraban, ¡No fuese a ser que usasen bienes que no hubiesen estado sujetos al diezmo!


(6) "Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; (El Padre no ostenta santuario a la vista; el Padre está en lo secreto, es decir: en lo personal e íntimo de cada creyente) …y tu Padre que ve en lo secreto (Esto quiere decir que ve su corazón, en su verdadero estado, en lo más profundo de todas aquellas cosas que a los demás usted puede ocultarle) …te recompensará en público".


Jesús no critica la plegaria pública como muchos han sostenido; lo que sí condena aquí es la oración pretenciosa y ostentosa que atrae la atención. Dice otra vez “cuando ores”, y esa palabra “ores”, aquí, es la palabra PROSEUCHOMAI. Es un vocablo aglutinante.


El sustantivo EUCHE es una oración a Dios que también implica el hacer un voto; se añade al verbo EUCHOMAI, el cual derrota una invocación o una petición, o ruego. Al agregarle PROS, es decir: “en la dirección de”, (Dios), PROSEUCHOMAI viene a ser el término que más frecuentemente se emplea para oración.


Con respecto a entrar en el aposento, cerrar la puerta y orar a Dios que está en lo secreto, hay una palabra que relata una resurrección llevada a cabo por Eliseo y contada en 2 Reyes 4:33: …Entrando él, entonces, cerró la puerta tras ambos, y oró a Jehová.


(7) "Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos".


Cuando habla de vanas repeticiones no se refiere a una petición que se reitera, sino al balbuceo desprovisto de sentido, y a las largas oraciones que confunden la piedad con la verbosidad vacía. Jesús enseña a orar de forma concentrada, reconociendo la necesidad de que Dios reine sobre todas las facetas de la vida y la sociedad.

En Eclesiastés se nos aconseja tres cosas:



  1. No darnos prisa con nuestra boca;

  2. Cuidar que nuestro corazón no se apresure a proferir palabra;

  3. Que esas palabras no sean pocas.

En 1 Reyes 18:26,29, hay un relato que muestra que por más que se grite, eso no hace que seamos oídos y, mucho menos, que obtengamos respuesta.


(8) "No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis".


Este pasaje, mal entendido o tomado con apresuramiento de leer mal o por encima, ha traído innumerables errores. Por ejemplo: ¿Para qué voy a pedir tal cosa su Él ya sabe lo que necesito? ¿No es suficiente con que lo piense, y si Él lo quiere me lo dé? La Palabra dice claramente: …Todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis. No habla de que nos dará lo que pensemos…


(9) "Vosotros, pues, oraréis así: (en el pasaje paralelo, según Lucas, Jesús da este modelo a pedido de uno de sus propios discípulos, que le recuerda que Juan el Bautista enseñaba a orar sus seguidores). …Padre nuestro… (Al decirle “Padre”, Jesús ofrece una nueva muestra de su íntima relación con Dios) …que estás en los cielos, santificado sea tu nombre", (Esto establece el principio de orar como una forma de adoración).


(10) "Venga tu reino". (Quien ora pide el establecimiento del gobierno de Dios en la vidas y situaciones reales, no sólo su consumación en la era venidera.)


Estas palabras son más que una sugerencia a orar por un distante día milenial, pues todo en esta oración tiene que ver con la vida cotidiana. No se trata de una fórmula para ser repetida, sino que más bien es un modelo a seguir. La parte dedicada a la adoración no estará quizás limitada a una frase.


Las peticiones no se referirán solamente al pan. Se implorará perdón por pecados específicos, y el orar para que el Reino de Dios venga, en la actual situación mundial, no es algo que se va a cumplir súbitamente. El modo verbal y el tiempo de “Venta tu Reino”, significa en esencia: “Padre, que tu Reino venga aquí y ahora”..


A semejante apelación en una oración se le llama intercesión. La motivación para orar así surge cuando reconocemos la importancia que Jesús le atribuyó a la oración, como algo que nos ayuda a desempeñar nuestra función de: “Administradores del Reino”. Sin la intervención del gobierno de Dios a través de la oración, las circunstancias de la tierra se impondrán inevitablemente.


Las necesidades terrenas deben estar sujetas a la voluntad de Dios tanto aquí, “como en el cielo”. Ni la debilidad del gobierno humano, (La carne), ni la depravación de las obras del infierno, (El diablo), prevalecerán. Sólo el poder de Dios puede cambiar las cosas y traer el gobierno del cielo, (El Reino), a la tierra, y la gloria y el mérito por el resultado de las oraciones le pertenecen. Sin embargo, a nosotros nos corresponde orar: a menos que pidamos la intervención de su Reino, y obedezcamos sus indicaciones sobre la oración, nada cambiará.


Todo el ministerio del Reino comienza, se sostiene y triunfará por medio de la oración.


Vamos a verlo de nuevo con más claridad. …Padre nuestro que estás… (¿Adonde está?) …en los cielos. Santificado sea tu nombre. (¿Adonde? En los cielos) …Venga tu reino… (¿De donde viene el Reino? De los cielos. ¿Y adonde viene? A la tierra. Y luego que ese Reino está aquí en la tierra, decimos al Padre: …Y hágase tu voluntad. ¿Adonde? No en el cielo porque hemos pedido que venga y ha sido hecho. En la tierra, ¿Cómo se hace adonde? En el cielo…


¿En el cielo hay pecado? ¿En el cielo hay enfermedad? ¿En el cielo hay demonios? ¿En el cielo hay pobreza? ¿En el cielo hay mediocridad? ¿En el cielo hay algún otro poder que no sea el de Dios? Venga el Reino del cielo y establézcase en la tierra y hágase en la tierra la voluntad tuya, Padre, ¡Que yo ya ví que se hace en el cielo!


Dios es bueno. Desde Génesis hasta Apocalipsis, ese es un principio inmutable. Siete veces dice en Génesis la palabra “bueno”. El primer día, segundo, etc. Y al llegar al final dice que vio Dios que todo lo que había hecho era bueno en gran manera.


Santiago 1:17 "Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto del padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación".


Dios es la fuente de todo bien. Dios no hizo el diablo, Dios hizo un ángel bello y precioso. Ahora, este ángel después se convirtió en diablo por su propia voluntad. Dios hizo un hombre perfecto, pero después el hombre por su propia voluntad, cayó. Pero en el génesis de cada una de estas criaturas, eran esplendorosas.


El universo no estaba contaminado como está hoy día. Dios lo hizo hermoso y bueno. Dios no ha pervertido su creación, han sido sus criaturas. En el mundo espiritual los demonios y en el mundo físico los humanos son los que le han dado la espalda a Dios. ¡Pero Dios es bueno!


Recuerde los funerales, los velatorios. “¡Ay, Dios! ¿Por qué te lo llevaste?” Allí tiene usted al hombre echándole la culpa a Dios por la muerte. Escuche: Dios no es culpable de que el hombre muera. Fue el hombre el que decidió comer del árbol prohibido y, como consecuencia, morir.


Los ateos suelen decirnos: “Si realmente hay un Dios justo, ¿Por qué hay tantas injusticias en el mundo?” Dios no es culpable de las injusticias del mundo, es el pecado o el corazón de los hombres que se aparta de Dios y distribuye mal las riquezas en el mundo. Todo el oro, toda la plata y todo el petróleo está aquí. Lo que pasa es que está acumulado en pocas manos y la pobreza en muchas. Pero Dios sigue siendo bueno.


Cada uno de ustedes y de nosotros venimos de una cultura religiosa que hace quinientos años llegó a este continente. Y era un pseudo-cristianismo. Era un cristianismo mezclado con ocultismo y con conceptos bien alterados de la palabra de Dios. Donde la pobreza es una especie de sinónimo de espiritualidad. Ser espiritual no tiene nada que ver con el estado financiero.


El ser pobre no es ser humilde. Yo he visto a pobres bien orgullosos y malcriados y soberbios, y he visto ricos humildes y sencillos. Por supuesto, también he visto a ricos soberbios y altivos y pobres humildes, pero ninguna de las dos cosas son, en sí mismas, sinónimo de nada, pasa por el corazón del hombre dijo Dios. ¿Quién soy yo para alterar eso y convertirlo en que pasa por el bolsillo o por el status?


Hay personas para las cuales acercarse a Dios es terrorífico. Esto porque el Dios que le han planteado desde pequeño, es un Dios como un viejito con un garrote, con un palo, esperando que fallemos en algo parea sacudirnos por la cabeza. Así es, entonces, que para acercarse a ese tipo de Dios, hay que hacerlo mediante alguna palanca, intermediarios, santos, vírgenes, porque acercarse a Él directamente, causa pánico.


Todos esos conceptos baratos y fuera de la Biblia se caen cuando usted comienza a ver que Dios, antes que juez, es Padre. La oración no dice: “Juez nuestro que estás en el cielo”, aunque definitivamente Dios pueda ser nuestro ineludible juez. La oración dice: “Padre nuestro…”


Los hebreos lo veían como Jehová el terrible, el que mandaba fuego en el monte Sinaí, pero Cristo nos lo revela como el Padre nuestro que está en el cielo, que si nosotros que somos malos, sabemos dar buenas dádivas a nuestros hijos, ¿Cuánto más nuestro padre celestial dará cosas buenas a los que se lo pidan? Dios es bueno. El Dios en quien he creído, es bueno.


Con esto también se nos cae la teología del sufrimiento. Póngase en papá o mamá. A usted no se le podría ocurrir jamás, por severo que fuese, agarrar a su hijo un día, llevarlo al lado de la cocina y meterle sus manitas en la hornalla encendida para enseñarle, de esa manera, que el fuego es peligroso y que no deberá tocarlo.


Nunca cometería tamaña crueldad disfrazada de una supuesta educación para su beneficio, ¿No es así? Usted que me está leyendo debe estar pensando ahora: “¿Cómo se le puede ocurrir a este hombre tamaña barbaridad, aunque más nos sea en su pensamiento?


Bueno, está bien; ¡¡Dígaselo entonces a toda esa gente que sostiene que Dios es el que de pronto le manda a usted un cáncer, o la tremenda miseria material o cualquier otro tipo de sufrimiento para probarle o para enseñarle una lección!!

Detrás de los sufrimientos humanos, no está Dios.

Detrás de los sufrimientos humanos, están:



  1. El diablo con todos sus demonios.

  2. Las malas decisiones que los seres humanos han tomado y han administrado mal su mundo, su tiempo, su vida y su generación.


Pero yo no acepto calumnias contra mi Dios. Mi Dios es bueno. Eso no impide que también sea justo, sabio, santo y, naturalmente y llegado el caso que sea necesario: Fuego Consumidor.


Si usted quiere, enójese con la vida o con el diablo, pero no se sienta frustrado con Dios. Dios no es su enemigo. Dios no está en contra suyo. Él no le ha quitado a sus hijos. Él no le ha quitado a su esposa o a su esposo. Él no le ha quitado su trabajo. Él no le ha quitado su salud. Él no le ha quitado su techo; ha sido el diablo a favor de su propia ignorancia de la Palabra, aunque por allí ande por la vida con cierto y suficiente aire de master en teología.


Pero Dios está abogando a su favor, no maniobrando cruelmente en su contra, como muchos todavía se empeñan en pensar. ¿Cómo van a poder amar a un Dios así si así fuera? Sencillo: esto es lo que les impide, sutilmente, cumplir con el gran mandamiento de amar a Dios por sobre todas las cosas. Lo cierto es que Dios le ama a usted. La Biblia dice, allí donde usted quiera leerlo, ¡¡Que todo lo bueno proviene de Dios y que todo lo malo procede del diablo, del pecado y de las malas decisiones de los hombres!!


¿Cuál es el empeño de esta raza caída? Inculpar al Creador, cuando Él ha sido bueno con nosotros. Pero entonces, hermano, ¿No es verdad que Dios nos prueba? Sí que es verdad. Prueba nuestra obediencia, por ejemplo. Dios nunca lo va a probar a usted con lo malo. Si aceptamos que Dios nos prueba con algo horrible, vamos a tener que arrancar algunas hojas de nuestras Biblias.


El Padrenuestro dice, en su texto original: …y no nos dejes caer, cuando seamos tentados. Líbranos del mal. Es decir: el bien nos libra del mal. Pero nos tenemos que poner de acuerdo. De Dios procede el bien, el mal, ¿O las dos cosas? ¡No puede ser! De Dios procede lo bueno. Y lo bueno que procede de Dios, nos libra y nos guarda del mal.


Si alguno es probado o tentado, dice la Palabra no yo, no diga que es tentado de parte de Dios, porque Dios no es tentador de nadie. Con este principio se caen varias cosas. La teología del sufrimiento, la teología de la pobreza, la teología del conformismo, la teología de que hay una mano que diseña mi destino.

Aquí hay dos destinos, nada más;



  1. El que Dios me ha diseñado y al que si yo me sujeto, conjuntamente con su palabra y, obviamente, dentro de su Reino, será excelente.

  2. El otro. Si renuncio a Dios y me arrojo, por propia inercia, ya que no hay ninguna zona intermedia porque el que con Él no recoge, desparrama, en las manos del diablo, será de desgracia y de ruina. Dios es bueno.


Además de que Dios es bueno, hay cuatro principios más que conviene tener muy en cuenta para no equivocarnos y errar el blanco, que significa literalmente caer en pecado:


Dios es justo: Su justicia es darle a cada uno lo que merece. Y Dios, al crear a su criatura, le da lo mejor, no algo de segunda categoría.


Dios es amor: El Reino de Dios está basado en bondad, en justicia y, esencialmente, en amor.


Dios es rico: El Dios de la Biblia, no aquel que arman los hombres según su propia y dudosa sabiduría humanística, es un Dios de provisión, nunca de escasez y mucho menos de miseria.


Dios delega su señorío al hombre: El hombre es el gerente, el administrador del planeta. Dios le entregó el señorío. Le entregó todo el poder para ejercer ese señorío. Después, usted conoce la historia y la ha asumido: el hombre cae, pierde ese señorío en manos de Satanás, pero llega Cristo y en la cruz, vence al que tenía el imperio del temor y la muerte y lo recupera. Al aceptar a Cristo y vivir en un mismo espíritu con Él, usted recupera ese señorío, eso es absolutamente legal.


El Padrenuestro, como oración, es un modelo que contiene siete grandes tópicos, cada uno de los cuales representa una necesidad humana básica:




  1. La Necesidad Paternal: “Padre nuestro”. Cuando usted ore, todas sus necesidades son atendidas por la benevolencia de un padre amoroso.


  2. La Presencia de Dios: “Santificado sea tu nombre”. Entre en la presencia mediante la alabanza y llámele “Padre” por causa de la sangre de Cristo.


  3. La Provisión de Dios: “Dánoslo hoy”. Jesús, el que suple nuestras necesidades, nos dijo que oráramos diariamente, pidiéndole que provea para todo lo que nos haga falta. Estoy hablando de necesidades, no de vanos deseos o caprichos mundanos.


  4. Las Prioridades de Dios: “Venta tu reino”. Usted tiene que declarar que las prioridades de su reino serán establecidas en usted, en sus seres amados, en su iglesia y en su nación.


  5. El Perdón de Dios: “Y perdónanos”. Usted necesita el perdón de Dios y perdonar a los demás. Diariamente tiene que caminar decidido a amar y a perdonar.


  6. Poder sobre Satanás: “Y no nos metas…” Líbranos del mal. Pídale al Señor un cerco de protección alrededor suyo y de sus seres queridos. Pídale que le vista con toda su armadura.

  7. Sociedad Divina: “Porque tuyo es el reino”. Glorifique a Dios que lo hizo participante de su reino, de su poder y de su gloria. Esta es la oración que le enseña a usted como orar. No es algo para recitar de memoria como una vieja letanía inconsistente y hueca.

Autor: Juan Pablo Gutierrez C.

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1 Comentarios

  1. Senti la presencia del Senor al ir profundisando en esta lectura, el escritor fue un instrumento pra abrir el entendimiento y tocar el corazon....gracias.

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