El Poder de lo Inesperado: Lección N°1, Queda Aún el Menor
octubre 23, 2006Atesora en tu corazón las siguientes lecciones acerca de David. Un joven que desde su juventud enfrentó todo tipo de dificultades y persecuciones pero siempre estuvo aferrado al Señor. Era un joven pastor, hijo menor de ocho hijos de Isaí, perteneciente al linaje de Jesús, excelente músico, compositor de muchos salmos, se le atribuyen 73 de los 150 que hoy podemos leer en nuestras Biblias, llegó a ser rey, con falencias como hombre pero ganó el corazón de Dios.
Esta es una serie de lecciones en el cual veremos la vida de David y como Dios obró en él, además cómo llegó al éxito.
"Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿Son éstos todos tus hijos? Y él respondió: Queda aún el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel a Isaí: Envía por él, porque no nos sentaremos a comer a la mesa hasta que él venga aquí".
"Lo mejor" y "De todo lo bueno", "Porque el pueblo perdonó" Versículo 20: Saúl reclama haber obedecido a Dios en desobediencia, el resultado se ve en 1º Samuel 15: 23 "Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey".
Los versículos 24 al 35 del mismo capítulo, nos presentan a un Saúl que parece arrepentirse, pero la sentencia de Dios no se abrogo. Es aquí donde comienza una nueva misión para Samuel: Ungir al próximo rey de Israel.
Puntos a Tener en Cuenta:
1. Dios no escoge por la edad Salmos 65: 42.-
El menor fue el que Dios escogió para ser rey. Dios se especializa en tomar lo débil, lo menospreciado, lo inservible, lo menor, para utilizarlo con poder y gracia.¡¡¡CUIDADO!!! Dios escoge a los menores. 2º Tesalonicenses 2: 13 y 1º Pedro 2: 9
El ejemplo de David es especialmente relevante en este sentido. Aunque era el menor de sus hermanos y era visto como un simple pastor de ovejas, Dios lo escogió y lo levantó para convertirse en el rey más importante de Israel. A través de David, Dios demostró que no mira las apariencias externas ni el estatus social, sino que ve el corazón y la disposición de obedecer y confiar en Él.
Este principio sigue siendo válido hoy en día. Dios sigue escogiendo a aquellos que son considerados débiles o insignificantes a los ojos del mundo para llevar a cabo sus propósitos. Esto nos recuerda que nuestra valía y nuestro llamado no dependen de nuestra posición social, nuestra fuerza o nuestros logros, sino de nuestra disposición a obedecer y confiar en Dios.
1 Comentarios
Gracias por sus ensenanzas
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