7 Diferencias entre Dios y el hombre

noviembre 10, 2019



Este artículo me llamó mucho la atención cuando lo tuve en mis manos, por eso quiero compartir este fragmento con todos los seguidores y los que visitan este sitio. 

1). Dios es el creador de todo, y el hombre una simple criatura

En el principio creó Dios los cielos y la tierra. (Génesis 1: 1) Dios es el único ser con facultad creadora. El hombre no puede crear absolutamente nada. Compone cosas a partir de los elementos creados por Dios. Los une, los mezcla, les da forma pero no crea. Todo lo que existe en el universo ha sido hecho por Dios. La Biblia nos declara que él lo hizo todo por medio de su palabra, partiendo de la nada. 
¿Nos detenemos a contemplar las maravillas que aún hoy Dios sigue creando? Nacen niños, pájaros, animales, brotan nuevas flores, se cargan de frutos. Dios esta vivo y presente, y él es creador. La tierra exhibe su gloria. Todo expresa su grandeza. 


2). Dios es el sustentador de todo cuanto existe, y el hombre un ser sustentado por Dios

El mantiene en su lugar las galaxias, las constelaciones,, los astros. Sustenta todas las cosas con la palabra de su poder. El hombre, en cambio, es un ser sustentado, dependiente. Nos guste o no, dependemos de Dios.
Si Dios cortara nuestra respiración apenas aguantaríamos dos o tres minutos. ¿Cuántos millones de veces nos ha latido el corazón? ¿Quién nos da vitalidad, inteligencia, salud mental? Somos dependientes de Dios en todo. es bueno reconocerlo. Algunos buscan lograr la independencia ¡Pobres! ¡Menos mal que Dios no les lleva el apunte!

3). Dios es el único dueño de todo cuanto existe y el hombre no es dueño de nada

No le ha pedido prestado nada a nadie. El Salmo 24 declara: "De Jehová es la tierra y su plenitud, el mundo y los que ne él habitan". Dios es dueño por derecho inherente, ya que lo creó todo de la nada.
El mismo hombre es propiedad de Dios. Nos engañamos cuando creemos poseer lo que tenemos. Decimos: "Mi casa", "mi auto", "mi cuerpo", "mi familia", "mi negocio". Pensamos: "¿Acaso no trabajé y conseguí todo lo que tengo?" Nos equivocamos, Dios es el único dueño de todo. Frente a él el hombre muchas veces se desubica. 
No hay nada que no proceda de las manos del Creador. Nada es tuyo. El día en que escuches la campana señalando que se acabó tu tiempo, ¿qué te llevarás? ¡Ni las medias! Porque todo es de Dios, y tendrás que dejarlo aquí, Él es único dueño de todo cuanto existe.


4). Dios es el rey universal, y el hombre un súbdito que le debe obedecer 

El universo no marcha a la deriva. Existe un trono y hay alguien sentado sobre el reinado. Su reino es por todos los siglos y su señorío por todas las generaciones. El gobierna su creación, todo cuanto existe responde a la autoridad de Dios.  El mundo material, visible, obedece a Dios de modo inconsciente, involuntario, automático, porque no tiene mente, ni voluntad. Él gobierna sobre todo y mantiene todas las cosas en su lugar con la autoridad  de su palabra. Las órbitas de los planetas han sido establecidas por Dios. Él le pone límite y término a todo lo creado. Aún en el pequeño mundo del átomo y la molécula, Dios reina. Nada ha quedado librado al azar. 
Dios también es rey sobre el mundo invisible, sobre la esfera de los ángeles, sobre el mismo Satanás, sus principados y sus potestades. El diablo no puede hacer lo que quiere sino lo que Dios le permite, en el lugar que Dios le permite, y en el tiempo y con los límites señalados. 
Dios es el rey universal por encima de los soberanos de la tierra. él es el Rey de reyes y Señor de señores. Sobre las circunstancias, sobre todo cuanto existe. Nada puede resistir la autoridad suprema, soberana, de un Dios que es rey universal. 
Y el hombre es súbdito de este rey. Le debe sumisión. Precisamente la rebelión constituye el pecado básico del ser humano, nace de su orgullo, y atenta contra la autoridad de Dios sobre su vida.

5). Dios es la fuente de todo bien y virtud, y el hombre sólo un receptor que le debe agradecer y adorar.

La Biblia declara que "toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay sombra ni mudanza de variación" (Santiago 1: 17) Todo lo bueno procede de Dios. La visa, la salud, la sabiduría, la inteligencia, la paz, la armonía, la riqueza, el poder, la autoridad, la unidad, la gracia, el perdón, la salvación, la bendición. No existe nada bueno que no tenga su origen en Dios. Él es fuente de todo bien.
El hombre en cambio es un simple receptor del bien que viene de lo alto. Por eso Pablo pregunta: "¿Qué tienes que no hayas recibido?" (1° Corintios 4: 7) Muéstrame una sola cosa buena que tengas y no hayas recibido del Señor. La gracia de Dios, los favores de Dios, las bondades de Dios nos llegan de manera abundante.

6). Dios es el único legislador moral, y el hombre debe sujetarse a sus leyes


Los legisladores establecen las leyes cívicas de una nación. Pero existe un solo ser capaz de legislar en cuanto a lo moral: Dios. el hombre muchas veces se confunde y se siente llamado a legislar. Cree que puede determinar lo que está bien y lo que está mal. Equivoca su rol. es función de Dios y solo de Dios establecer las leyes morales. Al hombre le corresponde únicamente acatar y obedecer. 
Dios ha prohibido a adán y Eva comer del árbol del conocimiento del bien y del mal. el hombre no puede determinar por sí mismo lo que está bien y lo que está mal. eso le toca a Dios. ¿Quién es el hombre para ocupar el lugar de Dios? 
Por ejemplo: Dios dice que "cualquiera que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra ella" (Marcos 10: 11) ¿Quién es el hombre para decir alguna otra cosa? Dios ordena "No fornicarás", porque él ha establecido que la relación sexual se dé únicamente dentro del marco del matrimonio. "¿Qué tiene de malo?, puede argumentar alguien. "Si un hombre y una mujer quieren hacerlo y se piensan casar, ¿por qué no? Para mí no está mal". ¿Quién es el hombre para decidir lo que está bien y lo que está mal? No es apropiado tomarse atribuciones que a uno no le corresponden. Si Dios dice que algo es malo, es malo. Y si él declara que es bueno, entonces es bueno.
el manda a las casadas: "Estad sujetas a sus maridos". (Colosenses 3: 18) ¿Por qué? ¿Acaso no somos iguales? Dios lo determinó y así debe ser.
En su afán por legislar sobre moral, el hombre ha ido tan lejos que dice: "¿Qué hay de malo en ser homosexual? Algunos han nacido con cuerpo de hombre pero con alma de mujer, ¿y qué es más importante, el alma o el cuerpo?" Esta razonamiento parece lógico. Casi convence. Pero no nos toca a nosotros determinar sobre el mal y el bien sino a Dios.
Si el Señor ordena "No hablarás contra tu prójimo falso testimonio." (Éxodo 20: 16) eso es final. No lo hagas jamás en tu vida. No digas "para mí no está mal." Tú no eres Dios, sino hombre.

7). Dios es el juez supremo, y un día todo hombre será juzgado por Él.

Un día tendremos que rendir cuentas ante Dios. "Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio." (Hebreos 9: 27) ¡Y no se salvará nadie! Habrá un juicio, y la Biblia dice que todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. entonces los secretos de los hombres serán sacados a la luz por Dios. El hombre puede creerlo o no, pero habrá un día de juicio final. Nadie podrá decir: "Un momento, yo no creí en Dios en toda mi vida, no es justo que ahora se me juzgue." Toda lengua callará. Toda rodilla se doblará. Y todos compareceremos en aquel día. Así lo ha establecido el soberano Señor del universo. 

Hay un palabra que resume en sí estas siete características de Dios: Señor, en el hebreo, Adonai, en el griego Kyrios. Sintetiza todo lo que Dios es: creador, sustentador, dueño, rey, fuente de todo bien, legislador y juez.
Si Dios es Señor, nosotros no podemos ser otra cosa que siervos. No somos dueño de nada. Estamos sujetos a obediencia, bajo su autoridad, y un día seremos juzgados por él. 
Satanás les lanzó a Adán y Eva una propuesta "Seréis como Dios" (Génesis 3: 5). La intención era desubicar al hombre y llevarlo a sentarse en la silla de Dios, y a arrogarse atribuciones que no le correspondían. Y él codició ser como Dios. "Yo soy duelo de mi vida y de mis cosas, a mí nadie me manda. Yo determino lo que está bien y lo que está mal." 
¡Cuidado! quien desarrolla tal actitud está intentando sentarse en la silla de Dios. 
Jesucristo en cambio, siendo Dios se hizo hombre. El creador tomó forma de criatura. Dependió en todo del Padre. Siendo dueño de todo, se volvió pobre. El rey se hizo siervo, se sujetó, obedeció  hasta la muerte y muerte de cruz. Y a través de su ejemplo nos enseñó a comportarnos. Él se humilló y Dios lo exaltó hasta lo sumo. Ordenó que todos los seres del universo doblaran sus rodillas ante él, y confesarán que su hijo Jesucristo es el Señor (Filipenses 2: 5-11) ese Jesús Señor es el mismo hoy. Y nosotros somos sus siervos. La voluntad del Padre es que doblemos nuestras rodillas ante él. 

Fragmento tomado del libro: "Hombre eres y no Dios" 
                                                Autor:  Jorge Hmitian

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Dios te bendiga!

TodoGospel  y Rachel

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