Principios para el Éxito: Consecuente y Consistente
mayo 25, 2016Ser consecuente y ser consistente
“No sembrarás tu viña con semillas diversas, no sea que se pierda todo,
tanto la semilla que sembraste como el fruto de la viña”.
Deuteronomio 22.9
tanto la semilla que sembraste como el fruto de la viña”.
Deuteronomio 22.9
Si bien este versículo apunta a que el Pueblo de Dios no se mezclara con otros pueblos paganos, contiene un principio de tremenda sabiduría para aplicar a nuestra vida.
Para que no se pierda todo, tanto la semilla que uno siembra como el resultado que uno espera cosechar, debemos ser consecuentes y consistentes.
El ser consecuentes tiene que ver con desarrollar continuidad en nuestra vida.
Se dice que si uno corre toda la carrera, pero abandona antes de llegar, es lo mismo que si no hubiese corrido. En realidad es peor porque se invirtió tiempo y esfuerzo para nada.
Alguien que cursa una carrera y abandona faltándole pocas materias, no solo se queda sin el título, sino que además desperdicia todas las materias aprobadas.
El ser consistente tiene que ver con mantener el mismo nivel de calidad y entrega en lo que hacemos.
Si comenzás una tarea con excelencia pero la terminás de forma mediocre, no solo tendrás algo mediocre, sino que además opacarás la excelencia primera.
La Palabra también apunta a no ser inestables y vivir de forma cambiante (personas que viven sembrando diferentes tipos de semillas y no logran cosechar nada). Tienen materias cursadas de distintas carreras pero no obtuvieron ningún título.
El principio también apunta a no comenzar a desarrollar las cosas en un nivel alto de entrega y después terminar haciéndolas en un nivel bajo. Empezaron estudiando cuatro horas por día y ahora solo le dedican una hora.
Que en este tiempo podamos ser consecuentes y consistentes para poder lograr lo que nos propusimos y además para no malgastar nuestra vida.
A la hora de abandonar algo recapacitá no solo en lo que te perderás de obtener, sino también en lo que ya has realizado y que se terminará desperdiciando.
A la hora de menguar en tu nivel de excelencia recapacitá no solo en que obtendrás algo mediocre, sino en que se menospreciará también la excelencia que desarrollaste hasta hoy.
Frente al cansancio alentate pensando que quizás falta muy poco para lograr lo que te propusiste y, si abandonás, se frustrará su concreción a último momento.
Yo bendigo tu vida para que, con la bendición de Dios, puedas ser consecuente y consistente en tu forma de vivir y obtengas la cosecha que te propusiste recibir.
Publicado con Permiso
TodoGospel
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