Los Reyes Magos

enero 06, 2019



La tradición de los Reyes Magos, que se celebra en muchos países el 6 de enero, surgió entre los siglos IV-V de nuestra era. Si bien encuentra sustento en el relato bíblico de Mateo 2:1-16, la tradición agregó varios elementos. Cambió su oficio, puesto que los personajes de la historia original no eran magos, ni eran reyes. Trastocó el número de ellos, primero dijo que eran nueve, luego siete, después cuatro y finalmente tres debido a las tres clases de regalos que ofrecieron. Les puso rasgos que representan las regiones del mundo conocidas en aquel entonces: Asia, África y Europa. A uno le puso barba blanca, a otro barba pelirroja y al último lo hizo de raza negra y más joven. La tradición, incluso, se tomó la prerrogativa de bautizarlos con los nombres que se les conoce hasta hoy: Melchor, Gaspar y Baltasar.

¿Pero qué dice el relato original sobre estos visitantes que trajeron presentes al niño Jesús? Estos visitantes extranjeros eran hombres dedicados al estudio de las ciencias, hasta aquel entonces secretas o cerradas al resto de la población, y se los consideraba sabios porque investigaban bajo el método de la observación el curso de los astros y el estado de la bóveda celeste. En términos de hoy, estos visitantes eran científicos dedicados a la astronomía pretendiendo anticipar los fenómenos futuros. Debido a sus conocimientos inusitados eran considerados consejeros de las cortes antiguas (véase por ejemplo, Daniel 2:1-19).

Sin duda, estos sabios visitantes procedentes de oriente conocían la profecía bíblica (cp. Mateo 2:6 con Miqueas 5:2). Seguramente siguiendo la profecía de Daniel 9:24-27, sobre los tiempos de la aparición del Rey de Israel, ellos debieron estar atentos buscando alguna señal hasta que la hallaron: “¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente y venimos a adorarle” (Mateo 2:1). Los presentes que traían para el niño no eran casuales sino especialmente escogidos. El metal precioso simboliza el tributo a la realeza de Jesús, un presente que refleja su condición de rey. El incienso cumple un papel importante en los rituales y ofrendas a las deidades, lo que refleja su condición divina (característica que en aquel entonces acompañaba a un rey verdadero). La mirra era empleada para embalsamar los cuerpos en preparación para el entierro, lo cuál anticipa la misión del recién nacido.

La visita de estos sabios desconocidos narrada por el evangelista Mateo denota que Dios les reveló la llegada del rey de los judíos a la tierra. A ellos que no pertenecían al pueblo judío, ni adoraban al Dios verdadero, ni practicaban la religión auténtica, les fue revelado el nacimiento del rey verdadero. Su actitud de intensa búsqueda y adoración a través de los presentes que trajeron refleja un marcado contraste con la actitud del poder político y religioso de la época. Mientras que Herodes lo buscaría para matarle por considerar en riesgo su espurio trono, y su propio pueblo le rechazaría, estos sabios extranjeros le adoraron como correspondía.

A nosotros también, “unos sabios procedentes del Oriente”, nos dejan una enseñanza y ejemplo a seguir.
¡Adoremos a Jesús, el verdadero Rey y Salvador del mundo!

Tomado de Fiet


Publicado por TodoGospel by Rachel

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