Los Roles en el Matrimonio

diciembre 23, 2019


Hola queridos seguidores y visitantes hoy quiero compartirles una nota que encontré entre mis apuntes sobre el matrimonio; sé que a muchos les servirá y como siempre pueden dejar sus comentarios al respecto. A veces atravesamos duros momentos en la vida matrimonial y mucho más cuando intervienen terceros, lo importante es estar seguro el uno del otro sabiendo que nada ni nadie separara ese amor pactado en el altar. 

Si hay algo de lo que deberíamos tener mucho cuidado es cuando alguien ajeno a la pareja (literalmente me refiero a esas personas carentes de amor y brillan por su egoísmo) quienes imponen condiciones y/u obligaciones cuando en la pareja ya existen desde el momento de esa unión obligaciones y derechos entre los cónyuges, e hijos si los hubiera o cuando llegan, y nadie más, por eso, nunca permitas que nadie te diga o le diga a tu cónyuge : -"deberíamos haberla/o conocido un poco más"- Algo que está muy fuera de lugar, no corresponde frente al hecho de que la elección del compañero/a de vida es decisión personal y con la guía de Dios a favor; porque esto trae conflictos a la pareja en sí cuando intervienen con frases como estas. 

Todos los matrimonios atraviesan etapas, también crisis, encantos, ilusiones, proyectos y eso hace a la pareja, muchas veces no es fácil, hasta quizás se quiere huir o dar por terminado algo que recién comienza o lleva muchos años; y también entendemos que en Dios y con Dios en primer lugar, es posible tener un feliz matrimonio y pasar sus etapas y como nos dice Dios en su palabra, "las muchas aguas no podrán apagar este amor". 


Nota:


Roles en el matrimonio Por Valentín Araya

Los roles y funciones que se le adjudican a los hombres y a las mujeres, dentro del matrimonio, se aprenden en el hogar de origen y en el contexto cultural en que crecimos. Tanto el hombre como la mujer pueden llegar al matrimonio con expectativas preestablecidas de lo que será su rol como cónyuge y con los hijos. Por tanto, es muy importante confrontar estas expectativas con su pareja, puesto que la falta de congruencia en este punto puede causar conflictos en el matrimonio.

Lo primero que habría que decirse aquí es que no hay papeles predeterminados para el esposo y la esposa dentro de la vida matrimonial.
Cada miembro de la pareja debe evaluar los roles y expectativas que tiene frente a su cónyuge y ajustarlos a las necesidades reales de la pareja.

Tradicionalmente, y sobre todo en nuestra mentalidad latina, el hombre se definió como el proveedor de todo lo necesario y la mujer como la que se quedaba en casa, encargada del cuidado de los hijos y  de las mil tareas domésticas. Como consecuencia, el hombre aprendía que no tenía responsabilidades en los oficios domésticos ni en el cuidado de sus hijos, pues esas eran “cosas de mujeres”. La mujer por su parte, aceptaba además que ella era la que debía atender al esposo.

Eso fomentaba una división muy drástica entre las actividades masculinas y femeninas dentro de la relación matrimonial y traían un desbalance poco sano al matrimonio.
En algunos hogares latinos, aún en épocas actuales, la mujer tiene que trabajar muchas horas, sin goce de salario, sin derechos y sin ese “tiempo personal” para recargar sus baterías. Todavía hay quienes no consideran el trabajo doméstico como propiamente un trabajo, sino como una “obligación” que tiene la esposa en el matrimonio.

Hoy en día, por el contrario, la sociedad reconoce que el hombre y la mujer participan por igual en el campo laboral fuera de casa y el trabajo doméstico, aunque no es siempre remunerado, es visto como un verdadero trabajo. Así mismo, los hombres están tomando conciencia de que también ellos deben participar por igual en los oficios domésticos, tradicionalmente asignados a las mujeres.

El matrimonio es como un regalo que tanto el esposo como la esposa reciben. En ese regalo vienen ciertos privilegios y derechos, pero también vienen ciertas responsabilidades, obligaciones y tareas y no hay manuales que especifiquen cuáles tareas debe hacer el hombre y cuáles la mujer.


El que la mujer esté naturalmente mejor dotada para realizar ciertas tareas en el hogar, no impide que el hombre pueda aprender a hacerlas. El hogar, el matrimonio y los hijos no son sólo de uno, sino de los dos. Cada miembro de la pareja debe evaluar los roles y expectativas que tiene frente a su cónyuge y ajustarlos a las necesidades reales de la pareja. Comunicación clara y precisa es siempre una herramienta importantísima en este proceso.

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Muchas bendiciones!

TodoGospel by Rachel

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