Saludos a todos los seguidores y visitantes de este sitio. En esta
ocasión, deseo adentrarnos juntos en el tema de las batallas de la vida.
Todos en algún momento nos enfrentamos a desafíos y luchas que ponen a
prueba nuestra fe, nuestra resistencia y nuestra determinación.
Personalmente, he experimentado cómo estas batallas pueden transformar
nuestras vidas y enseñarnos lecciones profundas. Por eso, quiero
compartir con ustedes lo que he aprendido sobre las tres principales
batallas que enfrentamos en nuestro caminar, y cómo la Palabra de Dios
puede ser nuestra guía y fortaleza en medio de ellas. Espero que esta
reflexión sea de bendición para sus vidas, así como lo ha sido para la
mía.
Quizás ya te has dado cuenta que vivimos en tiempos donde nos cuesta lidiar con nuestras propias vidas y las luchas que nos toca atravesar. Como cristianos a veces no entendemos que hay tiempo para cada cosa y que cada cosa llega a su fin, o sea tiene un tiempo de comenzar y finalizar. Tiene fecha de caducidad!
¿A qué me refiero con esto? A las batallas o luchas que la vida nos presenta.
¿Pero siempre me la debo pasar batallando? ¿Debo enfrentar todo lo que se me viene? ¿Debo interferir en las luchas de otras personas? ¿O tan solo acompañar?
Un día escuche una predicación sobre qué batalla debo enfrentar en mi vida, cuál no me corresponde y cuál le pertenece directamente a Dios. Hizo muy bien a mi vida esta palabra porque realmente descubrí lo que estaba haciendo bien y lo que no.
Primero entendamos que hay peleas que esta vida nos presenta pero cada una de ellas es para ganar una victoria y como cristianos hay una pelea que es primordial y diaria a vencer. ¿Con qué estás luchando tú en este tiempo?
¿Pero siempre me la debo pasar batallando? ¿Debo enfrentar todo lo que se me viene? ¿Debo interferir en las luchas de otras personas? ¿O tan solo acompañar?
Un día escuche una predicación sobre qué batalla debo enfrentar en mi vida, cuál no me corresponde y cuál le pertenece directamente a Dios. Hizo muy bien a mi vida esta palabra porque realmente descubrí lo que estaba haciendo bien y lo que no.
Primero entendamos que hay peleas que esta vida nos presenta pero cada una de ellas es para ganar una victoria y como cristianos hay una pelea que es primordial y diaria a vencer. ¿Con qué estás luchando tú en este tiempo?
A raíz de esta reflex sabremos entender qué decisiones tomar y cuáles son las batallas que no debemos tomar para no sentirnos cristianos fracasados.
En nuestras vidas si o si tenemos que enfrentar batallas, eso está claro, el tema es qué tipo de batalla voy a pelear o cuál batalla decido pelear.
Los Tres Tipos de Batallas son:
- Las Batallas que NO tengo que pelear
- Las Batallas que Voy a pelear
- Las Batallas que PELEA el Señor
Tenemos el ejemplo en la Biblia de alguien que supo con qué batallaba y ese fue Pablo y así nos dice en Colosenses 1: 11 : -" fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad". O sea debemos estar fortalecidos para el día de la prueba o batalla a enfrentar.
Pablo habla mucho de esto, de peleas y batallas, él entendió el lugar asignado, batalló hacia esa dirección donde tenía que pelear.
¿Cómo nos vamos a fortalecer? Por medio de la oración, el ayuno, su palabra y la alabanza; que son las armas que Dios nos ha dejado para estar listos para los momentos más difíciles que tengamos que enfrentar.
El propósito de Dios es que salgamos en victoria de cada batalla, lo que el enemigo de nuestras almas propone es lo opuesto al plan de Dios. Por eso tenemos luchas en todas las áreas tanto en lo espiritual, en lo emocional, en lo moral, en lo físico todo afecta a nuestro ser cuando se libran batallas.
Si hay algo que debemos tener cuidado es estar firme en la oración, en su palabra y tener a alguien como un líder, mentor que nos aconseje y pueda guiarnos cualquiera sea el desafío o el proceso que atravesemos.
Miremos este versículo y puedes leer la historia completa.
Deuteronomio 1: 29, 30 "Entonces yo les respondí: “No se alarmen. No les tengan miedo. El Señor su Dios marcha al frente de ustedes y combatirá por ustedes, tal como vieron que lo hizo en Egipto..."
Moisés le recuerda al pueblo lo que Dios le dio. Hay un tiempo para recibir lo que Dios nos entregó. Tremendo lo que Dios hace y puede hacer con nosotros hoy cuando dejamos todo en Sus manos.
Recuerdas a Jesús en el desierto? El enemigo le presento tres tentaciones (en las tres áreas de una persona; esto es para otro post). El las enfrentó con el poder de la palabra: "Escrito está", respondió a Satanás en las tres ocasiones. Es otro ejemplo que tenemos en Jesús, conocer la palabra de Dios para el momento de la prueba, tentación o batalla que vayamos a hacer frente.
Siempre recuerda que la lucha no es contra carne y sangre, o sea, no es contra las personas. Hay espíritus que hacen que te desenfoques. Hay peleas que con el poder del Espíritu Santo debemos afrontar a través del ayuno y la oración.
David es otro ejemplo que tenemos en la palabra de cómo opera la unción en un ungido, en este caso, cuando enfrenta a Goliat. El gigante pedía un hombre pero no un ungido, David era un pequeño ungido. ¿Y vos cómo te ves ante tu batalla? El poder de Dios que está en mi, es más fuerte que el que está en el mundo. Hay batallas que directamente las pelea el Señor por nosotros.
Zacarías 2: 8 "Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos: Tras la gloria me enviará él a las naciones que os despojaron; porque el que os toca, toca a la niña de su ojo". Dios no va a permitir que toquen a la niña de sus ojos, Dios es fiel nunca nos falla, Él está presto para pelear por nosotros.
Hay un lugar especial y es la tierra por la cual voy a batallar; las promesas!
Conclusión:
En nuestras vidas si o si tenemos batallas que enfrentar. El tema es qué tipo de batalla voy a pelear. ¿Sabías qué no todas las batallas son nuestras?
¿Estás listo o lista para tu batalla? No te apresures y observa el camino. Nunca enfrentes tus luchas solo o sola. Y siempre espera la dirección del Espíritu Santo de Dios.
En el camino siempre tendrás las promesas de nuestro Dios para aferrarte. Aunque la batalla sea dura, y se complique todo, el favor de Dios llegará.
Ora, espera, confía, actúa en el momento justo, y no aflojes.
Recuerda que en toda batalla hay una victoria!
¿Ya identificaste cuál es tu batalla?
Dios te bendiga!
TodoGospel by Rachel
